La mayoría de las grandes tradiciones dicen que la vida es una ilusión, que nada de lo que vemos es real, que estamos en una suerte de «alucinación cósmica.»
La verdad es que no entiendo completamente lo que quieren decir. Debo aceptar que tú y yo vivimos todos los días como si esta realidad fuera toda la realidad. Punto.
Negarlo sólo evidencia lo enterrado que estás en este sueño. Estamos hasta el cuello en esta hipnosis colectiva.
No sé si algún día terminaré de experimentar la naturaleza ilusoria de la que los grandes sabios hablan. Mientras tanto, te propongo algo: Deja de predicar que la vida es una ilusión, dame la mano y aceptemos que somos hermanos en la ignorancia, primos en el miedo y en la negación, sacerdotes del apego a este persistente espejismo.
Abracémonos y descubramos juntos con un afán lúdico que tan real es este supuesto delirio fascinante llamado vida.